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El poder de una buena escucha

¿Sientes que lo intentaste todo en tus relaciones cotidianas y aun así, no estás conforme con lo que das o recibes de ellas? ¿Crees que podrías mejorar tu comunicación en tus relaciones laborales? ¿Qué imaginas posible de poder hacerlo?

Muchas veces creemos estar escuchando de manera eficiente, entonces actuamos en base a lo que queremos y nos hemos planteado como objetivos, y nos puede pasar que lo que habíamos imaginado dista de los resultados que obtenemos. Pareciera que la frustración se asoma cada vez que intentamos comunicar algo y ante esta situación surge la pregunta retórica: ¿Cómo puedo salir de esto?

Permanecer en este estado es desgastante y con el tiempo, la desmotivación se arrastra a otros planos de la vida: a la familia, amistades, pareja y al –poco– tiempo libre con el que contamos, convenciéndonos de que todo va mal. Es ahí donde nos percatamos de que hay algo que necesitamos cambiar y ese algo, ya no tiene que ver con seguir buscando alternativas, sino que supone que adquiramos una nueva habilidad.

Mi testimonio

Me pasó. También me sentí impotente y desconcertada al no saber qué era lo que hacía mal. Quería fuertemente alcanzar los resultados que me había propuesto, y aunque jamás dudé de mi misma y mis habilidades, desconocía cómo hacerlo.

Fue así como llegué al Coaching Ontológico. Cansada de no sentirme exitosa ni recibir el reconocimiento que anhelaba tras tanta preparación; me ví necesitada de un gran cambio. Me encontraba formando una familia, tenía un pequeño niño y estaba recientemente embarazada; esperaba del Coaching las herramientas que me impulsaran profesional y económicamente.

Encontré en el Coaching la herramienta que necesitaba aplicar a mi vida.

Al poco tiempo de empezar mis estudios como Coach, un nuevo mundo apareció frente a mí; fue entonces que descubrí que ese algo que “hacía mal” era mi propia comunicación. Detecté en ésta, distorsiones al momento de emitir y recibir mensajes, me dí cuenta de la cantidad de veces que creía escuchar bien y descubrí la misma cantidad de veces de comunicarme mejor.

Qué dice el Coaching Ontológico sobre la Escucha

Encontré en La Escucha –bloque comunicacional fundamental de las relaciones- una valiosa enseñanza. Desde esta disciplina, oír dista abismalmente de escuchar: oír es el sentido mediante el cuál percibimos los sonidos, es biológico e involuntario; mientras que escuchar tiene siempre una intención: cuando interpretamos lo que oímos, lo que escuchamos cobra un sentido.

Tomar conciencia de para qué escuchamos es clave. Distinguir la intención con la que escuchamos nos permite escuchar “a voluntad” ¿Escuchamos para responder? ¿Escuchamos para justificarnos o excusarnos? ¿o escuchamos para acercarnos a la realidad que queremos?  

También aprendí que no todos escuchamos lo mismo aunque tengamos la misma intención. Existen innumerables factores que influyen en lo que “creemos” escuchar: nuestra cultura, nuestros valores, lo que conocemos o lo que nos interesa. Los mensajes pueden escucharse incluso exponencialmente, distorsionados a causa de: la emoción con la que se emiten y se reciben, la hora del día, el nivel de cansancio, las posibles distracciones y un largo etcétera.

Comprender esta diferencia entre el hecho biológico de oír y las interpretaciones que interfieren al escuchar, hizo que hoy, mi mensaje fuera distinto. Primero en las conversaciones que tenía internamente conmigo misma y luego, con los demás.

¿Cómo cambió mi vida?

Caer en cuenta de la existencia de influencias en la escucha, sobre todo la emoción que se disparaba en mí, me posibilitó notar cómo me hablaba a mi misma bajo cierta emoción. Por ejemplo, si sentía miedo, surgían conversaciones internas que hacían que escuche para responder ante una “posible” amenaza, lo cuál me generaba la sensación de pérdida del control y me ubicaban desde una escucha defensiva o incluso a veces paralizante. 

Esta comprensión me llevó a entender mejor las emociones que se encontraban presentes en los discursos de otras personas. Aprendí a encarar conversaciones teniendo en cuenta las emociones del otro; generé así mayor empatía y, sin duda alguna, mis resultados comenzaron a ser diferentes.

Entonces, pasó algo maravilloso: pude validar conversaciones conmigo misma y el relato del otro. Esta nueva habilidad sumó a que otra más apareciera: el poder interpretar mi ser y preguntarme: ¿Para qué aparece la emoción que “escucho” en mi o en el otro?, ¿qué hace esa emoción que se dispare?

¡Qué lindo es sentirse escuchado!

Cuando yo o alguien, no se siente escuchado, se siente juzgado, minimizado, ilegítimo.

Alguien -a quien quiero con todo mi corazón- me dijo una vez: “¡qué lindo es sentirse escuchado!”. Saber que podemos ser parte de una conversación que va más allá de hablar y responder, nos ayuda a buscar la manera de conversar poniendo el foco de atención en el sentido de la conversación misma, superando los límites de la acción y reacción y legitimando tanto al otro como a uno mismo. 

Hoy, miro atrás y me felicito al ver cómo mejoré la calidad de mis conversaciones. Ahora, reconozco cuán importante es ver estos aspectos de trasfondo en una conversación donde no sólo es importante la oratoria, también la base que hay detrás: “la escucha” o escucha activa para el Coaching Ontológico. 

Con este aprendizaje, dejé de enredarme con posibles, ficticias e infinitas razones; para encontrar motivos. Pude sintonizar conmigo y con los demás, siendo así como poco a poco, los resultados y el éxito empezaron a verse reflejados en todos los dominios de mi vida, no sólo en lo laboral. Hoy, el éxito, para mí, es directamente proporcional a la calidad de mi escucha.

Cerrando estas palabras, que espero que te sean de valor y útiles, deseo que aprendas a afinar tu  oído y mente al momento de conversar con tu mundo interno y externo, que puedas comprender mejor y que esto se vea reflejado en las relaciones de tu vida, que seas capaz de escuchar con claridad, y finalmente, ¡que alcances el éxito que anhelas! 



Lucrecia Maine
Profesora de Educación Física, Especialista y Formadora de Coaching Educativo
y Coaching Ontológico, Máster en Educación Emocional, Coach Ontológico Profesional ACC,
PNL Practitioner y Neuropsicoeducadora.

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